29/7/09


La siguiente nota fue publicada el miércoles 29 de julio en el Diario Ámbito Financiero
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"El pesimismo de Carver muy bien teatralizado"
Por Patricia Espinosa
MUY BUENA




http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=473466



"Quienquiera que hubiera dormido en esta cama"

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24/7/09

Comentario de Marcelo Saltal para la Revista del Abasto:


Una de perdedores


Raymond Carver, el escritor norteamericano, cultor del realismo sucio en la década del setenta en plena era Reagan, ha desembarcado, una vez más, en la cartelera teatral porteña… Y fue nuevamente el teatrista Martín Flores Cárdenas, quien ya pusiera con bastante éxito Catedral, también de Carver; el responsable de esto. Para este espectáculo, Cárdenas cruzó los cuentos ¿Por qué no bailan? y Quienquiera que hubiera dormido en esta cama.
En este sutil pero no por eso menos contundente relato teatral vemos a una pareja que, pareciera, está por comprar un serie de muebles usados para así poder recomenzar sus vidas juntos, en pareja... Ya que ellos vienen de romper con historias anteriores y han quedado sin nada, por eso deben comenzar de cero. Y esto mismo de volver a empezar, partiendo desde unos muebles viejos, usados, simbólicamente no deja de ser significativo. Volver a construir a partir de lo ya muerto, para volver a vivir. El famoso ciclo de la vida, que le dicen.
Pero el director responsable de esto respetando, y bien, el fiel espíritu realista y perdedor que pueblan a los relatos de Carver logró crear para esta versión teatral una atinada atmósfera meláncolica, que lo va impregnando todo.
Casi todas las acciones se desarrollan en derredor de la cama, lugar de los sueños y del amor, por antonomasia, y allí los tres personajes que pueblan esta historia (porque también aparece el personaje dueño de todos los muebles por vender) desgranan sus temores a la muerte, a la agonía; su penar por aquellos que ya se fueron.
Quienquiera que hubiera dormido en esta cama es un espectáculo que cuenta una historia simple, sencilla, mínima casi, pero enorme, al mismo tiempo. Sus personajes son seres cotidianos que conviven como pueden con los que les ha tocado en suerte. Con una escenografía mínima y un desempeño actoral más que logrado, esta versión de Carver en escena se torna una muy buena opción a la hora de elegir ir a ver algo al teatro. Creáme, que de verdad se lo estoy diciendo.

Marcelo Saltal
marcelocree@yahoo.com.ar

http://www.revistaelabasto.com.ar/Quienquiera_que_hubiera_dormido_en_esta_cama.htm

16/7/09

"Quienquiera que hubiera dormido en esta cama"

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Crítica en Alternativa Teatral por Edith Scher: "Breve e intenso"

17/07/2009 | Por Edith Scher | Espectáculo Quienquiera que hubiera dormido en esta cama

Foto: Silvana Miyashiki

Una pareja va a comprar una cama, quizás otros muebles. No son muebles nuevos, sino que se venden en un departamento en el que no parece haber nadie. Se trata de una pareja como cualquier otra. Seres comunes, intrascendentes, en una situación corriente. Así son los personajes de Raymond Carver (1939-1988), en cuyos textos estos basado este espectáculo. Así aparecen: como anónimos perdedores con sus dramas triviales.

No veremos ninguna gran historia. Por el contrario, el relato presentará una anécdota pequeña (lo de pequeña no es peyorativo, para nada, sino que intenta caracterizar el mundo puesto en escena que, desde esa manera de plantearse, genera incertidumbre y abre un universo mucho más enorme que el que se narra en la anécdota). Nada grandilocuente, entonces, sucederá. Sin embargo, algo muy intenso se vislumbra, se entreteje. ¿Qué pasa? ¿Qué les ocurre a esos dos seres, aquella tarde en la que van comprar esa cama? Algo parece a punto de desatarse y no se desata nunca, algo late como una fuerza pero no estalla. He ahí la obra.

El varón de la pareja tiene una doble función en el esqueleto de aquello que se cuenta: es relator de los hechos y también parte de ellos. Sus recuerdos de aquella tarde enmarcan la escena que, junto a esa mujer y a un tercer personaje que aparecerá cerca del final y aumentará, aún más, la incertidumbre, se presentará ante los ojos del espectador.

El espectáculo, entonces, está armado a partir de aquello que sucede pero no se dice (el miedo a la muerte, quizás, y otros miedos existenciales) y se expresa en la actuación como angustia contenida.

Para ello Quienquiera hubiera dormido en esta cama cuenta con actuaciones acordes a lo que necesita contar. Cabe destacar el trabajo de Gabriela Licht, la mujer de esta pequeña historia, quien logra un muy buen trabajo de actuación, en tanto consigue, desde lo mínimo, desde una gran sutileza (precisamente porque de lo que se trata es de contener esa angustia que se insinúa, pero nunca se dice con claridad) mantener esa inquietud que flota en la pieza, inquietud que emana, en general, del mundo de Carver y que claramente se respira en esta mirada de Martín Flores Cárdenas, a cargo de la dramaturgia.

En cuanto a la dirección, Cárdenas consigue crear ese universo que parece simple y, sin embargo connota un montón de significaciones. Esto se ve, fundamentalmente, por lo que logra de sus actores, (Licht, Germán Rodríguez y Osvaldo Djeredjian), quienes tienen la máxima responsabilidad en este logro, por cuanto, sin ese conflicto que subyace y no termina de decirse, la obra no sería más que una anécdota sencilla (en su narrativa Carver consigue este clima, pero no es fácil arribar a él en el teatro). Cualquier ilustración por parte de los actores que intentara explicar o subrayar aquello que les pasa, atentaría contra el tono del relato. El director, sin duda, obtiene ese tono de ellos y los hace tocar esa cuerda.

Quienquiera que hubiera dormido en esta cama: un espectáculo breve e intenso.