27/12/09


Esta obra fue estrenada en el 2009 en el Abasto Social Club. Con Germán Rodríguez, Osvaldo Djeredjian y Gabriela Licht / Dramaturgia y dirección: Martín Flores Cárdenas. Elogiada por la crítica y el público fue elegida ENTRE LAS MEJORES OBRAS DEL 2009 según Diario La Nación:


Clickeá aquí para leer la nota.






"Quienquiera que hubiera dormido en esta cama" entre las mejores obras del año según Dario La Nación.

21/10/09



NOMINADOS A LOS PREMIOS
TEATRO DEL MUNDO:

"Quienquiera que hubiera dormido en esta cama"

MEJOR ADAPTACION
MARTIN FLORES CARDENAS

MEJOR ACTOR

21/9/09

Quienquiera...


Nota en el Buenos Aires Herald por Victoria Eandi:






"Los actores (Osvaldo Djeredjian, Gabriela Licht y Germán Rodríguez) están excepcionales, mostrando la 'punta del iceberg', invitando a los espectadores a llenar el vacío. Rodríguez, un excelente actor cuya carrera se ha consolidado en los últimos años, fluctúa entre la actuación y narración, una variante que desarrolló también con esmero en 'Rodando'. Es el encargado de llevar la obra de un nivel de ficción a otro, 'desde afuera', dando cuenta de las impresiones que su personaje tiene sobre los hechos. Esto le da a Quienquiera... un aire literario, recordando al público cómo es la naturaleza de la narrativa original, abriendo nuevas perspectivas desde donde leerlas o mirarlas."

"Y como sucedió en Catedral, en Quienquiera... también hay un hermoso momento de epifanía, imposible de describir con palabras, esa magia que se experimenta en el 'aquí y ahora' del teatro. Más precisamente, en la escena en que la música de Glenn Miller suena en un antiguo toca-discos, y los personajes dan comienzo a una apacible baile. "

"Todo esto, condensado en 35 minutos, fiel al lema 'menos es más', Flores Cárdenas factura una vez más una excelente y compacta pieza de trabajo."

4/9/09

¿Y todavía no la viste?

Diario La Nación



MUY BUENA



"Los miedos, las tristezas y las esperanzas" Por Verónica Pagés.



Delicado trabajo de Martín Flores Cárdenas sobre el mundo poético de Carver."



"Respetuosamente, con sutileza, Flores Cárdenas cruza los cuentos ¿Por qué no bailan? y Quienquiera que hubiera dormido en esta cama y logra un nuevo relato que los contiene y a la vez los resignifica. Siempre manteniendo la atmósfera melancólica y compasiva que se desprende de los textos del poeta. "

(...)

"Flores Cárdenas vuelve a echar mano al rol del narrador que refuerza la idea de distanciamiento, de sosegada frialdad y de explícita teatralidad a su puesta, y que -por ende- profundiza en ella la presencia de Carver, de su rara mezcla de tristeza y esperanza. Con todo, el director logra un clima conmovedor, con ciertos toques de misterio -a la economía de palabras le sigue la escueta información que entrega sobre el mundo de sus criaturas- y ternura, que vuelven sumamente queribles a sus personajes. Sin duda ayuda el parejo y meticuloso trabajo de sus actores, sobre todo los de Germán Rodríguez y Osvaldo Djeredjian."



(...)

"Así, Quienquiera... se convierte en una propuesta pequeña en apariencia (dura sólo 35 minutos) pero repleta de sensaciones que perduran bastante tiempo después de que se apagó la luz de la sala."

Nota completa:
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1110218



Nota en Diario Clarín:






Publicada el martes 5 de mayo 2009

http://www.clarin.com/diario/2009/05/05/espectaculos/c-01911213.htm




14/8/09

Dijo VICTOR HUGO MORALES:

"Se van a sentir sorprendidos por una deliciosa obra, de breve desarrollo pero que toca hondo en la platea, en cada espectador. Estupendas actuaciones." V.H.M. Radio Continental.

........................
"Lo bueno, si breve, dos veces bueno", por Martín Wullich.

Clikeá en la imagen para ver videito
Hay ciertas cuestiones inherentes a la privacidad por un lado y a la aprehensión por otro. El hecho de comprar un colchón o una cama usados no es para cualquiera. Y menos si no se sabe quién ha dormido en esa cama. Con bastante humor y un interesante lugar para la reflexión, la historia creada por Raymond Carver –producto de dos cuentos- ha sido puesta en escena por Martín Flores Cárdenas con su propia dramaturgia. Gabriela Licht y Germán Rodríguez personifican a la pareja que pasa por un lugar en donde alguien tiene en venta cuanta cosa le pertenecía y por determinadas circunstancias quiere deshacerse de todo. Es más, si bien le ha puesto un precio a cada cosa, no le preocupa mucho lo que podría obtener por ellas, y acepta cualquier contraoferta aunque parezca ridícula. El texto es sumamente atrayente para una historia tan simple. Pero es una historia en la que hay ternura, y se torna gracioso sobre todo cuando van y vuelven con las ideas y pensamientos por momentos obsesivos de la propuesta del autor. Osvaldo Djeredjian, en la personificación del vendedor de esa cama, realiza un trabajo histriónico notable, absolutamente convincente, haciendo llegar la parsimonia y el desinterés del personaje en cuestión con una cuota de indescifrable misterio. El tempo está bien marcado por la dirección, mientras se habla de todo, sobre una cama bastante peculiar -conformada por dos banquetas-, junto a elementos que pertenecían a una habitación, en una casa que no desdeñaba un clásico combinado que en algún momento funcionará para remedar melodías pretéritas. El ritmo de la música se unirá al ritmo de la actuación y el creciente interés que sobrevendrá a partir de la aparición del particular vendedor, con un inesperado final. Martin Wullich

Publicado el 31/7/2009 en NEWS: http://news.martinwullich.com/vernota.php?id=556





Una obra INEVITABLE para Página12:








Crítica en Revista 23:

Por Luis Mazas, 18 de junio: MUY BUENA





Dijo CRITICA TEATRAL:

"
Una obra profunda y hermosa." Por Gabriel Peralta.

La simpleza y el talento se aúnan en la bella obra Quienquiera que hubiera dormido en esta cama con dramaturgia y dirección de Martín Flores Cárdenas.
La sencilla, casi leve, historia es una excusa para que surjan sentimientos que abrazan las zonas más sensibles de cualquier persona.
Como en otras oportunidades a Flores Cárdenas no le hace falta ni grandes tragedias, ni voces altisonantes para provocar sacudones en el alma. Es solo (como si fuera fácil) lustrar las partes del cotidiano que generalmente se dejan de lado para darles un brillo distinto y así posibilitar que resalten, que se expongan.
Los relatos de Carver son los colores con los que luego el director ira pintando sobre el lienzo (el espacio) cuadros en que sus personajes se verán como seres que a través de lo cotidiano se enfrentan a los grandes interrogantes de la vida.
Un terceto de actores estupendos (Gabriela Licht, Germán Rodríguez, Osvaldo Djerdjian) utiliza su cuerpo como receptores y emisores de profundas emociones. Sus delicadas actuaciones ponen sobre la piel el amor, el miedo y la resignación de sus personajes.
En su diseño escenográfico a Carlos Di Pasquo le bastan seis elementos para crear los ambientes propicios para que se desarrollen las escenas de la obra; no le va en saga el delicado diseño de luces de Marcos Pastorino.
Leandro Cattani realiza un muy buen trabajo en su diseño de sonido logrando en un punto de la obra que la emoción se amplifique.
Quienquiera que hubiera dormido en esta cama, es una obra profunda y hermosa.

G P


Esta nota fue publicada el
15-05-09:

http://www.criticateatral.com.ar/index.php?ver=ver_critica.php&ids=1&idn=1777









29/7/09


La siguiente nota fue publicada el miércoles 29 de julio en el Diario Ámbito Financiero
.

"El pesimismo de Carver muy bien teatralizado"
Por Patricia Espinosa
MUY BUENA




http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=473466



"Quienquiera que hubiera dormido en esta cama"

Viernes 21:30
Abasto SOCIAL CLUB
Humahuaca 3649
reservas 4862-7205




Sabemos cómo está la mano. Por eso: SI QUERÉS ENTRADAS CON DESCUENTO, MANDÁ UN MAIL antes del viernes 19 hs a teatroa@yahoo.com.ar CON ASUNTO "QUIERO DESCUENTO" y tu nombre, cantidad de entradas y número de teléfono en el cuerpo del mail. Si recibís la respuesta confirmando tu reserva YA TENÉS TU DESCUENTO. Las entradas las retirás 15 minutos antes de la función por la boletería del teatro. La reserva y el descuento solamente tienen validez recibiendo el mail de confirmación.


24/7/09

Comentario de Marcelo Saltal para la Revista del Abasto:


Una de perdedores


Raymond Carver, el escritor norteamericano, cultor del realismo sucio en la década del setenta en plena era Reagan, ha desembarcado, una vez más, en la cartelera teatral porteña… Y fue nuevamente el teatrista Martín Flores Cárdenas, quien ya pusiera con bastante éxito Catedral, también de Carver; el responsable de esto. Para este espectáculo, Cárdenas cruzó los cuentos ¿Por qué no bailan? y Quienquiera que hubiera dormido en esta cama.
En este sutil pero no por eso menos contundente relato teatral vemos a una pareja que, pareciera, está por comprar un serie de muebles usados para así poder recomenzar sus vidas juntos, en pareja... Ya que ellos vienen de romper con historias anteriores y han quedado sin nada, por eso deben comenzar de cero. Y esto mismo de volver a empezar, partiendo desde unos muebles viejos, usados, simbólicamente no deja de ser significativo. Volver a construir a partir de lo ya muerto, para volver a vivir. El famoso ciclo de la vida, que le dicen.
Pero el director responsable de esto respetando, y bien, el fiel espíritu realista y perdedor que pueblan a los relatos de Carver logró crear para esta versión teatral una atinada atmósfera meláncolica, que lo va impregnando todo.
Casi todas las acciones se desarrollan en derredor de la cama, lugar de los sueños y del amor, por antonomasia, y allí los tres personajes que pueblan esta historia (porque también aparece el personaje dueño de todos los muebles por vender) desgranan sus temores a la muerte, a la agonía; su penar por aquellos que ya se fueron.
Quienquiera que hubiera dormido en esta cama es un espectáculo que cuenta una historia simple, sencilla, mínima casi, pero enorme, al mismo tiempo. Sus personajes son seres cotidianos que conviven como pueden con los que les ha tocado en suerte. Con una escenografía mínima y un desempeño actoral más que logrado, esta versión de Carver en escena se torna una muy buena opción a la hora de elegir ir a ver algo al teatro. Creáme, que de verdad se lo estoy diciendo.

Marcelo Saltal
marcelocree@yahoo.com.ar

http://www.revistaelabasto.com.ar/Quienquiera_que_hubiera_dormido_en_esta_cama.htm

16/7/09

"Quienquiera que hubiera dormido en esta cama"

Viernes 21:30
Abasto SOCIAL CLUB
Humahuaca 3649
reservas 4862-7205




Crítica en Alternativa Teatral por Edith Scher: "Breve e intenso"

17/07/2009 | Por Edith Scher | Espectáculo Quienquiera que hubiera dormido en esta cama

Foto: Silvana Miyashiki

Una pareja va a comprar una cama, quizás otros muebles. No son muebles nuevos, sino que se venden en un departamento en el que no parece haber nadie. Se trata de una pareja como cualquier otra. Seres comunes, intrascendentes, en una situación corriente. Así son los personajes de Raymond Carver (1939-1988), en cuyos textos estos basado este espectáculo. Así aparecen: como anónimos perdedores con sus dramas triviales.

No veremos ninguna gran historia. Por el contrario, el relato presentará una anécdota pequeña (lo de pequeña no es peyorativo, para nada, sino que intenta caracterizar el mundo puesto en escena que, desde esa manera de plantearse, genera incertidumbre y abre un universo mucho más enorme que el que se narra en la anécdota). Nada grandilocuente, entonces, sucederá. Sin embargo, algo muy intenso se vislumbra, se entreteje. ¿Qué pasa? ¿Qué les ocurre a esos dos seres, aquella tarde en la que van comprar esa cama? Algo parece a punto de desatarse y no se desata nunca, algo late como una fuerza pero no estalla. He ahí la obra.

El varón de la pareja tiene una doble función en el esqueleto de aquello que se cuenta: es relator de los hechos y también parte de ellos. Sus recuerdos de aquella tarde enmarcan la escena que, junto a esa mujer y a un tercer personaje que aparecerá cerca del final y aumentará, aún más, la incertidumbre, se presentará ante los ojos del espectador.

El espectáculo, entonces, está armado a partir de aquello que sucede pero no se dice (el miedo a la muerte, quizás, y otros miedos existenciales) y se expresa en la actuación como angustia contenida.

Para ello Quienquiera hubiera dormido en esta cama cuenta con actuaciones acordes a lo que necesita contar. Cabe destacar el trabajo de Gabriela Licht, la mujer de esta pequeña historia, quien logra un muy buen trabajo de actuación, en tanto consigue, desde lo mínimo, desde una gran sutileza (precisamente porque de lo que se trata es de contener esa angustia que se insinúa, pero nunca se dice con claridad) mantener esa inquietud que flota en la pieza, inquietud que emana, en general, del mundo de Carver y que claramente se respira en esta mirada de Martín Flores Cárdenas, a cargo de la dramaturgia.

En cuanto a la dirección, Cárdenas consigue crear ese universo que parece simple y, sin embargo connota un montón de significaciones. Esto se ve, fundamentalmente, por lo que logra de sus actores, (Licht, Germán Rodríguez y Osvaldo Djeredjian), quienes tienen la máxima responsabilidad en este logro, por cuanto, sin ese conflicto que subyace y no termina de decirse, la obra no sería más que una anécdota sencilla (en su narrativa Carver consigue este clima, pero no es fácil arribar a él en el teatro). Cualquier ilustración por parte de los actores que intentara explicar o subrayar aquello que les pasa, atentaría contra el tono del relato. El director, sin duda, obtiene ese tono de ellos y los hace tocar esa cuerda.

Quienquiera que hubiera dormido en esta cama: un espectáculo breve e intenso.



21/3/09

Carver y el Teatro:

Dijo Página 12:

"De qué hablamos cuando hablamos de mí", Por Mercedes Halfon tras ver Catedral y Quienquiera...



"Las dos obras son emocionantes en su sencillez y en su calidez amarga y humana, tan típica de Carver"

"Menos de una hora en la que espiamos la vida de personas que transitan un hecho trivial pero tan cargado de subjetividad que resulta conmovedor."

"las obras de Martín Flores Cárdenas, bellas páginas ajustadas como un reloj y potentes como una patada en el pecho, que impactan, resuenan acá..."

















Para leerla oline:

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-5210-2009-04-05.htm






Dijo Carlos Diviesti para Revista MUTISxelFORO:

"una anécdota nostálgica, bella y efímera como la voluta de humo del último cigarrillo..."

http://www.mutisxelforo.com.ar/


Publicado por Camilo Ríos en su blog sobre cine y teatro:


QUIENQUIERA QUE HUBIERA DORMIDO EN ESTA CAMA. "Vale la pena verla"

En pocos minutos la puesta en escena recrea el sustrato de una historia mil veces contada. Los miedos por empezar, los anhelos y sentimientos encontrados por terminar, las angustias de abandonar y proyectar un final justo en el momento del comienzo, y la levada de anclas (dolorosa, necesaria, nostálgica, relajante, desesperada, pensativa) de un pasado que desde ahora es simplemente eso, historia.

Y es que aún cuando el argumento es uno narrado mil y mil veces, no deja de poner la aguja sobre el nervio más delicado, porque lo hace de una forma nueva; porque darse cuenta de los miedos propios cuando estos se proyectan en los recuerdos del pasado ajeno, no produce sino una sonrisa nerviosa y una casi que incontenible inundación ocular.

La destreza del montaje es de subrayar, así como la configuración de los personajes que, ta vez sin pretenderlo, nos contienen, me contienen, cada uno una parte, cada uno un momento, cada uno una mirada o una línea.

Vale la pena verla.




Ver publicaciónen:

http://resenasdecineyvida.blogspot.com/2009/04/quienquiera-que-hubiera-dormido-en-esta.html

18/3/09

Dijo Lucho Bordegaray:


"Como si estuviera obstinado en hacer efectiva una apocatástasis inmanente y literaria, Raymond Carver revuelve hasta encontrar algo digno en sus personajes y darles la chance de redimirse, al menos, ante la mirada del lector. Y recrear sus relatos sosteniendo esa intención parece ser el principal objetivo de Martín Flores Cárdenas al bucear y llevar a escena el universo de Carver: aquí –al igual que en su anterior trabajo, Catedral, cuidando no caer en la promulgación de grandes esperanzas sobre el género humano, nos señala sutilmente alguna tonalidad apenas más luminosa y cálida en esas personas que parecían limitadas a transitar como grises sombras. Que no son héroes ni se les cruzaría por la cabeza serlo, pero en ese contexto existencial mugroso, los mínimos gestos de ternura, de cordialidad, de respeto por el otro, se convierten en actos magnánimos, sea una sonrisa incluso forzada, una mirada comprensiva o una caricia apenas sostenida."
(...)
"Para que nada se pierda de esos mínimos gestos, Flores Cárdenas trabaja una puesta mínima, despojada, renovando el plausible y eficaz formato que le dio a la ya citada Catedral. Y logra así sacarle el mayor provecho no solo a los textos de Carver (aquí, Quienquiera que hubiera dormido en esta cama y ¿Por qué no bailan?), sino también y especialmente al elenco que convocó: Germán Rodríguez, Gabriela Licht y Osvaldo Djeredjian construyen sus personajes desde un profundo compromiso emocional que les permite transitar el relato con una enorme capacidad para comunicar matices sin por ello necesitar de ninguna estridencia corporal o vocal. Así logran generar belleza y sentido con una palabra dicha a media voz, con una mirada perdida o incluso con el sacarse los mocasines."
(...)
"Una vez finalizada esta breve e intensa dosis de Carver que nos propone Flores Cárdenas, se despierta la duda acerca de si realmente la vida no será como un basural en el que el papel metalizado de un chocolatín brilla como el sólido y noble oro, en donde un frasco roto centellea como un sol. Vaya uno a saber si de alguna manera nuestras historias personales no se redimen gracias a esas nimiedades con las que intentamos acercarnos al otro. Y qué bueno que el teatro despierte estas dudas tan poco amables como necesarias."
Nota completa:

http://montajedecadente.blogspot.com/2009/03/teatro-quienquiera-que-hubiera-dormido.html



Dijo Revista Siamesa:

Un vendedor de objetos con alma
y dos compradores de sueños.

Por Vivian García Hermosi.


"Rescatar un objeto usado del olvido es volver a habitarlo, y volver a habitar es, después de todo, un acto de fé. Algo que nunca se debe subestimar. Un acto de fé tan parecido como el acto de volver a amar."

Nota completa.

Nos siguen tratando muy bien:


Dijo Noticias Urbanas: MUY BUENA
"Con actuaciones exactas y ajustadas,
Quienquiera que hubiera dormido en esta cama vuelve a poner a Martín Flores Cárdenas como una de las plumas más interesantes del teatro capitalino."
















Publicado en Revista IMPERIO:




Dijo Silvia Urite:

"
Carver nos lleva a pensar que la vida siempre fue difícil, no sólo para nosotros, habitantes de la era de la conectividad y la incomunicación. Este texto, que puede estar situado, durante los años 60 o 70, da cuenta de la maleabilidad y fragilidad de los vínculos humanos, sobre todo los de pareja."

Nota completa:
http://www.silviauriteteatro.blogspot.com/

10/3/09

De "Fuegos: ensayos, poemas y cuentos"



MIEDO


Miedo de ver una patrulla policial detenerse frente a la casa.
Miedo de quedarme dormido durante la noche.
Miedo de no poder dormir.
Miedo de que el pasado regrese.
Miedo de que el presente tome vuelo.
Miedo del teléfono que suena en el silencio de la noche muerta.
Miedo a las tormentas eléctricas.
Miedo de la mujer de servicio que tiene una cicatriz en la mejilla.
Miedo a los perros aunque me digan que no muerden.
¡Miedo a la ansiedad!
Miedo a tener que identificar el cuerpo de un amigo muerto.
Miedo de quedarme sin dinero.
Miedo de tener mucho, aunque sea difícil de creer.
Miedo a los perfiles psicológicos.
Miedo a llegar tarde y de llegar antes que cualquiera.
Miedo a ver la escritura de mis hijos en la cubierta de un sobre.
Miedo a verlos morir antes que yo, y me sienta culpable.
Miedo a tener que vivir con mi madre durante su vejez, y la mía.
Miedo a la confusión.
Miedo a que este día termine con una nota triste.
Miedo a despertarme y ver que te has ido.
Miedo a no amar y miedo a no amar demasiado.
Miedo a que lo que ame sea letal para aquellos que amo.
Miedo a la muerte.
Miedo a vivir demasiado tiempo.
Miedo a la muerte...
Eso ya lo dije.



Raymond Carver.


1/3/09

Para los que quieran saber un poco más.

Después de leer lo que quedaba de sus cuentos tras los recortes hechos por Gordon Lish, Carver quiso suspender la publicación de De qué hablamos cuando hablamos de amor. “Es tarde”, le dijo Lish, “ya está en la imprenta”. Y el libro se imprimió.

Esta controversia salió a la luz varios años después de su muerte, a través de una nota publicada por The New Yorker en la que se exponían, entre otras cosas, fragmentos de cartas que se enviaron el autor y su editor, antes y después de la publicación. Muchos debates se abrieron en cuanto a quién era el legítimo dueño del estilo de Carver y asuntos similares. Pero personalmente, lo que más me llamó la atención, fue desayunarme la existencia de versiones “originales” (si se las puede llamar así) de cuentos que marcaron mi vida como lector.

Hice varios intentos por conseguirlas y pude llegar sólo a algunas de ellas. El original del relato De qué hablamos cuando hablamos de amor, inicialmente titulado Beginners (Principiantes), fue editado por The New Yorker junto con extractos de la disputa vía correspondencia entre el autor y el editor.

A primera vista, antes de leer la versión hasta entonces inédita, descubrí que al menos algo era cierto: el original tenía casi el doble de extensión. Pero después de leerlo pude comprobar que más allá de la cantidad de hojas o número de palabras, lo importante era lo que se había perdido con ellas: la mirada compasiva sobre las criaturas trágicas, la omnipresencia de sus sentimientos. Matrimonios a la deriva, alcohólicos, desocupados, maridos golpeadores… Conocía bien los a sus personajes porque él había sido uno de ellos. Y es comprensible que se haya negado a la publicación cuando Lish había suprimido de los originales, su intento por rescatarlos.

Un ejemplo que me llamó mucho la atención fue que el párrafo final de De qué hablamos… que yo podía casi recitar de memoria como un poema, lo había escrito Lish. La versión de Carver, Beginners, en cambio, se extendía en casi cinco páginas más que el publicado, entre revelaciones, giros emotivos, llantos y confesiones. Debo decir, un final bellísimo, digno de una obra de Chéjov pero que poco tiene que ver con el publicado primeramente, del que me enamoré. Todo esto incrementó mi curiosidad por los manuscritos, curiosidad insatisfecha, ya que sólo pude llegar a tres de trece cuentos. El problema esencial para conseguirlos es que Tess Gallagher, la viuda de Carver, editará los cuentos tal cual su marido habría querido que fueran impresos. Una iniciativa de reivindicación muy cuestionada que atravesó una disputa legal y moral entre Gallagher, Lish y amigos y fanáticos de escritor. Es por esto que se hace imposible llegar al resto de los originales atesorados en la Lilly Library de la Universidad de Indiana, a editarse en el 2010 por Anagrama. Será extraño llegar a leer, por ejemplo, el gérmen de ¿Por qué no bailan? Un cuento que disfruté mucho aún sin tener idea de que estaba leyendo sólo un extracto. Y si bien quedé fascinado por la descripción nimia de la situación, me resulta sumamente inquietante saber ahora que todavía hay mucho más por conocer de esa historia y sus personajes, que tanto misterio guardan.

Este cuento y la gran mayoría de los relatos del libro en cuestión, fueron escritos durante el período de transición entre la primera y segunda mujer del autor, coincidiendo con otro cambio radical en su vida, entre el alcoholismo y la definitiva sobriedad. Fue publicado con una tímida objeción de Carver, ya que por entonces el escritor evitaba entrar en conflictos porque “los conflictos lo conducían al alcohol”.

Años después de aquella primera lectura de ¿Por qué no bailan? , nació este proyecto y con él, las ganas de fantasear con lo que pudo ser originalmente.

Durante el proceso de escritura y adaptación aparecieron rebotándome en la cabeza, líneas de otro relato que también tiene entre sus protagonistas a una pareja: Quienquiera que hubiera dormido en esta cama. Se empezó a escribir en el mismo período de producción de ¿Por qué no bailan? pero fue editado posteriormente, por lo que no sufrió ningún tipo de recorte. Además de aludir, claramente al cuento homónimo, quise rescatar con este cruce ese aire conmovedor que Lish moderaba a su gusto. Y aunque quien conozca estos cuentos pueda identificar los textos utilizados, la obra jamás se propuso representar las situaciones tal cual están allí enunciadas. Sino valerse de ellas para contar algo propio. Básicamente, el procedimiento fue desentramar la narración original de los dos relatos para crear una nueva única trama, apenas más compleja y de breve desarrollo, intentando a la vez capturar aquel espíritu inicial que podría haber tenido el cuento antes de pasar por las manos del polémico editor. Claro, algunas modificaciones y diálogos que surgieron en función del ensamble tienen que ver también con el involucramiento afectivo con el trabajo y la investigación. Así, los personajes pasan de un cuento a otro, relacionados entre sí por nuevos vínculos, y sus edades están modificadas en función de este nuevo relato que es la obra de teatro. Creo que Carver habría comprendido que un director tuviera la necesidad de correrse del mero hecho de representar “fielmente” sus cuentos en el escenario. Más aún habiendo estrenado ya Catedral, que sí era una representación “fiel” del original, si se quiere, en muchos sentidos. Y, a pesar de que algunos fanáticos del escritor puedan sentirse defraudados, esta obra vive en ese vínculo que se generó entre esos relatos, el momento en que fueron creados y mi fantasía. Y quizá sea justamente ahí, en presentar esta especie de ensoñación y no en la estricta “fidelidad” a las palabras, donde manifiesto de manera más sincera mi cariño y admiración por el autor.

Martín Flores Cárdenas.






"Las parejas, aún las que duran, jamás serán libres de la muerte y la pérdida." J.I.






2/2/09

ESTRENO 6 de marzo - Abasto SOCIAL CLUB